Comentario
Población de origen prerromano, en la que estaban establecidos los ilergetes, fue ocupada por los romanos a mediados del siglo I a.C., pese a la resistencia de sus pobladores, dirigidos por dos caudillos, Indíbil y Mandonio. Cerca de Ilerda, como era entonces conocida, se produjo la victoria de las tropas de Julio César sobre las de su rival, Pompeyo, en el año 48 a.C.
Tras la caída del Imperio romano fue ocupada primero por visigodos y luego por árabes. La ocupación de estos se produjo entre el 716 y 719, por medio del emir Al-Aahm y después Al-Hur, quienes hicieron capitular a la ciudad, respetando posteriormente los tratos a que se llegó.
A partir del año 1149 pasa a depender de los condados catalanes, siendo en esta fecha conquistada por las tropas de Ramón Berenguer IV el 24 de octubre. A partir de este momento la ciudad fue repoblada con gentes venidas de la comarca pirenaica del Pallars, gracias a los privilegios concedidos por el monarca de Aragón Alfonso I.
En 1640 participó en la revuelta catalana contra Felipe IV, poniéndose bajo la custodia del rey francés Luis XIII. En esta guerra, que se prolongó durante doce años, sufrió varios asedios por las tropas francesas, quedando gravemente destruida.
Apenas poblada durante mucho tiempo, a partir del siglo XVIII Lérida comienza a crecer, aunque habrá de padecer nuevamente los efectos de una guerra entre España y Francia, con motivo de la invasión napoleónica de 1808, siendo asaltada por los franceses en el año 1813.
Sus principales monumentos son la Catedral Vieja o Seu y el Ayuntamiento, ambos del siglo XIII. También hay que destacar la iglesia de San Lorenzo, del siglo XII, el hospital de Santa María, del siglo XV, y la Catedral Nueva, de finales del XVIII.